Dramatización (tercer acto): Crítica

Durante mucho tiempo llevo escuchando entre personas cercanas mías (y no tan cercanas) situaciones laborales con respecto a las titulaciones académicas.

Se puede interpretar como casos aislados en las que las personas responsables de las propias empresas hayan decidido por varios motivos realizar lo que consideraría esto como una ilegalidad. Pero he estado buscando si estas situaciones suceden en otras ciudades y comunidades autónomas y la verdad no hay datos recogidos sobre esto. Sin embargo creo que esto es un secreto a voces que todo el mundo mínimo por alguien conoce.

El trabajo se da cuando una persona ofrece su mano de obra a cambio de un salario o nómina correspondiente. Es una relación o acuerdo que se da entre la empresa y trabajador o trabajadora. Para demostrar esto, se realiza un contrato laboral en donde se recoge principalmente: datos de trabajador o trabajadora y empresa, tipo de contrato, duración, motivos de elección de dicho contrato, salario, duración y distribución de la jornada, centro o puesto de trabajo, grupo profesional, vacaciones, pagas extra, tiempo de preaviso de finalización de contrato y el convenio colectivo al que se recoge la persona contratada.

Centrándome en los propios datos de la persona contratada, es en este apartado donde viene recogido la titulación más alta que tiene, pues se pide el tipo de estudios que tiene hasta la fecha terminados.  La titulación va relacionada con el grupo profesional y el convenio colectivo, pues el salario varía según estos elementos: No gana lo mismo alguien que está reconocido trabajando en el grupo 1 (máster, doctorado) que gana de media al mes 1700 euros brutos que trabajando en el grupo 2 o 3 (técnico) que de media es de 1200 euros brutos.

¿A qué quiero llegar con esto? Que si una persona tiene la titulación adecuada para subir a un puesto de trabajo que le permite un mejor salario está en su derecho, y si la empresa se niega tras haberse intentado una mediación (o acuerdo) se puede presentar querella en el Juzgado de lo Social y la empresa deberá de dar explicaciones sobre los motivos por los que dicho individuo está realizado un puesto inferior a su titulación, que solamente se puede dar en situaciones extraordinarias.

No es de extrañar que desde los años anteriores (pongo desde la crisis económica del 2008) hasta ahora se esté dando un auge de actitudes ilegales de las empresas por el objetivo de conseguir la mayor producción posible, y que se puede ver sobre todo en las primeras generaciones que entraron por ese año al mundo laboral (jóvenes de 30 años ahora) donde se encuentran todavía con contratos temporales o en prácticas, que no da ni estabilidad económica ni comodidad.

Considero que los motivos por los que se da esto es principalmente por beneficio de la empresa, pues a menor titulación, menor salario y añadiendo el resto de costes además del salario como la Seguridad Social por su alta en el centro de trabajo y la "formación" específica. Se ha generado una bola muy grande de empresas que se han subido por las ventajas que conlleva, porque realmente el mayor beneficio se lo llevan ellos. Esto puede ser un principal factor por el que habiendo jóvenes con sobre cualificaciones académicas, acaban cubriendo los puestos que el resto rechaza y que están llenos de muchas ilegalidades; jornadas que sobrepasan las 9 horas permitidas, salarios inferiores al SMI (salario mínimo interprofesional), contratos que como decía, se falsifican las titulaciones para pagar menos salario o incluso sin ningún tipo de contrato (lo que se conoce como "trabajo en negro"). Esta falta de trabajos conlleva a que actualmente la gente joven que se estrena en el mundo laboral, tengan que recoger las miajas de pan que quedan, y que por tanto, siendo conscientes de que en su contrato no se reconoce su titulación, pasan de largo por las represalias que conlleva, pues o es eso o estar en paro. 

¿Es realmente justo que las empresas tengan la potestad de poder salir airosos de poder cometer estas acciones? No, pero debido a la reforma laboral de 2012, la conclusión sacada es que de momento la priorización de los derechos y deberes de trabajadores y trabajadoras por encima de la productividad de la empresa es ya para otro momento.

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Hasta aquí el éxodo de mi obra donde finalizo con esta crítica que me ha tocado interpretar por última vez. Espero que haya gustado mucho este apartado de la academia y espero volver a interpretar más roles. 

Academia de Hypatia.

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